viernes, 8 de noviembre de 2013

EDIPO REY

Layo y Yocasta, reyes de Tebas, eran un matrimonio estéril, que decidieron consultar el oráculo de Delfos, y la Pitia  le dijo que, en caso de nacerles un hijo, éste mataría a su padre.
Al poco tiempo, Yocasta dio a luz un niño. Layo, abandonó al recién nacido en el monte Citerón al que dejaron colago de los pies en un árbol, ya que tenía miedo de que se cumpliera la predicción. Entonces pasó por allí un pastor, quien apiadándose de la criatura lo recogió, llamándole Edipo (Oidipus), a causa de la deformidad de sus pies, y lo llevó al palacio de su amo, Polibo, rey de Corinto.



Tanto el rey como la reina Merope, quedaron encantados con el niño y lo adoptaron. Edipo creció así como si fuera hijo de los reyes de Corinto. Ya crecido, empezó a sentir escrúpulos sobre su nacimiento, y su madre insistió en persuadirle de que era su hijo.

En seguida se dirigió a Delfos, y el oráculo, sin revelarle el secreto de su nacimiento, le anuncia que él será el matador de su padre y que cometerá incesto con su madre. Preso de horror y repugnancia, persuadido como estaba de que Polibo era su padre y Merope su madre, no quiso volver a Corinto, y tomó otro camino.

El destino era inexorable. En el camino que conduce de Delfos a Daulis, se chocó con un carro tirado por poderosas mulas que le obstruyó el paso, y una voz injuriosa y dominante le ordenó con insolencia que dejara libre el camino. Edipo, irritado, contestó en mala forma el y trabándose en lucha con los ocupantes del carro, mató al dueño y a sus cinco escuderos: Edipo había matado sin saberlo, a su padre Laio.

A consecuencia de este crimen, Creón, hermano de Yocasta, ocupó el trono de Tebas. Poco tiempo después la Esfinge (que era un monstruo terrible y que tenía cabeza y seno de mujer, cuerpo de perro, garras de león, alas de águila y una cola armada de un dardo agudo, hacía sensibles estragos en el país), mandada por Juno para vengarse de ofensas e impiedades de los tebanos que proponía terribles enigmas a cuantos pasaban, y devoraba o arrojaba a las olas a quienes no respondían correctamente.

El rey Creón, queriendo acabar con todo al mal, ofreció su corona y la mano de su hermana Yocasta a quien lograse vencer al monstruo. En esa época Edipo, llegó a Tebas , y fue en busca de la Esfinge que le formuló una pregunta: ¿Cuál es el animal que tiene cuatro pies por la mañana, dos al mediodía y tres por la tarde?





Edipo resolvió en seguida la cuestión que a tantos había costado la vida.
Ese animal -contestó- es el hombre, que por la mañana, es decir, en su infancia, anda con pies y manos (gateando), al mediodía, esto es, en la plenitud de la edad, se sostiene sobre sus piernas, y en la tarde de la vejez necesita de un bastón para apoyarse.

Al oír que su respuesta era correcta, la Esfinge se arrojó del monte a las olas que había devorado a tantos tebanos. Vencedor, Edipo obtuvo a la vez el trono de Creón y el lecho de Yocasta, su propia madre, y tuvo con ella cuatro hijos, dos varones, Eteocles y Polinices, y dos mujeres, Ismene y Antígona.







El incesto no tardó en atraer el cólera de los dioses, que lanzaron una espantosa epidemia. Edipo al ver la situción en la que estaba atravesando Tebas consultó en la emergencia el oráculo, que señaló como causa la muerte violenta de Layo, y como único remedio  para que Tebas vuelva a su situación anteruir era el descubrimiento y la expulsión de quién matara a Layo. Edipo entonces emprende una série de investigaciones para descubrir al culpable y gracias al adivino Tiresias, a quien acosa a preguntas, descubre que en realidad es hijo de Yocasta y Layo y que es él mismo el asesino que anda buscando.

Enloquecida al conocer que Edipo era su hijo, Yocasta se ahorcó, colgándose de una viga de su palacio. Edipo se arrancó los ojos con el broche del vestido de Yocasta y partió al destierro con si hija Antígona que le hacía de Lazarillio.