Safo era una poetisa griega, de la que se conocen muy pocos datos. Se sabe que nació en nacida en Mitilene, Lesbos (la Grecia actual), en el año 650/610 a.C. y se cree que falleció en Léucade en el año 580 a. C. Se conservaron solo 650 versos, que estubieron extraídos de citas tardías y del moderno estudio de papiros. Vivió a lo largo de su vida en Lesbos con la excepción de que se exilió en Sicilia motivado por las luchas aristocráticas.
Perteneció a la thiasos en donde se preparaba a las jóvenes para el matrimonio.
Perteneció a la thiasos en donde se preparaba a las jóvenes para el matrimonio.
Supuestamente pertenecia a la aristocracia ya que llevó una vida propia de las mujeres de clase alta.
Safo era homosexual, ya que a partir del contexto sus poemas se deducir que Safo se enamoraba de sus discípulas y mantenía relaciones con muchas de ellas. Todo esto la ha convertido en un símbolo del amor entre mujeres.
LEYENDA SOBRE SAFOS
Safo era homosexual, ya que a partir del contexto sus poemas se deducir que Safo se enamoraba de sus discípulas y mantenía relaciones con muchas de ellas. Todo esto la ha convertido en un símbolo del amor entre mujeres.
LEYENDA SOBRE SAFOS
Cuenta una leyenda, que narra la historia de Faón, un hombre muy atractivo del que se enamoró la diosa Afrodita. Según el mito, Safo se suicidó desde la roca de Léucade, que era la roca desde donde se lanzaban los enamorados para suicidarse, lanzándose al mar cuando su amor por Faón no se vio correspondido. Hay otra versión que dice que Safo lo escribió como metáfora de una decepción amorosa que tuvo con una de sus amadas, ya que en uno de sus fragmentos se describe como alguien que ya es viejo. El tema fue continuado por el poeta latino Ovidio, que fue quién lo popularizó. El poeta latino convirtió a Safo en una de sus 'Heroínas', como autora de una carta de amor dirigida a Faón.
POEMA SAFO DE LESBOS
Igual parece a los eternos Dioses
quien logra verse frente a ti sentado.
¡Feliz si goza tu palabra suave,
Suave tu risa!
A mí en el pecho el corazón se oprime
Sólo en mirarte; ni la voz acierta
De mi garganta a prorrumpir, y rota
Calla la lengua.
Fuego sutil dentro de mi cuerpo todo
Presto discurre; los inciertos ojos
Vagan sin rumbo; los oídos hacen
Ronco zumbido.
Cúbrome toda de sudor helado;
Pálida quedo cual marchita yerba;
Y ya sin fuerzas, sin aliento, inerte,
Muerta parezco.
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